Capilla – Oratorio, San Francisco de Malchehue
Playa Monje, Lago Panguipulli, X Región
Año: 1993
MEMORIA
Una comunidad de veraneantes me solicitó que pensara una lugar que posibilitara guardar el Santísimo durante el verano y que además permitiera celebrar misas comunitarias cuando el párroco los visitara.
Esto me situó delante del siguiente problema: ¿Cómo construir un lugar que pudiese acoger a quien quisiera retirarse a orar y a la vez posibilitar la celebración de misas para 150 a 200 personas?
De ahí surgió este invento: El Gran atrio se constituye en un altar exterior para misas de grandes grupos al aire libre, y el pequeño recinto para orar solo o en pequeños grupos.
La dificultad era como ensamblar esta doble dimensión, de manera de formar un solo cuerpo, una unidad indivisible. Así aparece esta puerta-muro que integra oratorio y atrio, logrando una tercera opción, la celebración de pequeñas misas techadas en un clima adverso pudiendo así darle un uso durante todo el año para la comunidad local.
El oratorio busca un distanciarse para volver a mirar, esto implica un retiro, un salirse del trajín diario propio de la vida de vacaciones y recogerse en un lugar con otro tiempo que permanezca en una penumbra entendida como una luz que homogeniza que no tiene variaciones en el tiempo, que es recibida por tragaluces desde el cielo. Lo irregular de su planta busca situarnos en distintos puntos respecto de su centro, según la distancia que cada uno requiere para la oración.
Aprovechando la técnica local se utilizo madera de roble en la estructura y Ulmo, Tepa y Pino insigne como único material de revestimiento de pisos, cielo y muros de manera de formar una envolvente continua que abstraiga la atención de lo construido y permite centrar la atención sobre los signos visibles del oratorio destacados por la luz.
Croquis
Fotos
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.